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De migraña, queso, chocolate, y otros placeres prohibidos

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Pintxo de camembert y frambuesaCompartiendo el otro día con una amiga un sabroso pintxo de queso de cabra con frambuesa, me preguntó «Oye, a un amigo le han dicho que no puede tomar queso por las migrañas: ¿qué tiene que ver una cosa con la otra? — Claro: ni queso, ni chocolate, ni vino. — ¡Es verdad, el chocolate también me dijo que se lo habían prohibido!».

¿Qué es la migraña? ¿Por qué aparece?

¿Qué tiene que ver el tocino con la velocidad? O, para ser más exactos, ¿qué relación tiene la migraña con el queso, chocolate, vino tinto u otros alimentos? Bien: el primer paso es acotar de qué estamos hablando. La migraña, también conocida como jaqueca o hemicránea* se define, grosso modo, como ataques episódicos de dolor de cabeza que duran entre 4 y 72 horas, pero con unos síntomas asociados que lo diferencian de la cefalea «típica», tales como síntomas vegetativos (náuseas o vómitos, o molestias por la luz o el ruido) y dolor moderado o fuerte, unilateral, pulsátil o que se agrave por el movimiento.

Realmente no se conoce a ciencia cierta el mecanismo de esta enfermedad, si bien se sabe que tiene un origen vascular: según parece, está implicada una dilatación de los vasos cerebrales que provoca una liberación de distintos mediadores causantes de inflamación y dolor. En una de las hipótesis, conocida como «teoría de la neurona vacía», se defiende que la jaqueca puede estar desencadenada por una activación mantenida del sistema nervioso simpático (SNS). Las neuronas del SNS emplean noradrenalina y se activan en situaciones de estrés biológico; una situación de excitación neuronal constante (por estrés mental, bajada de glucosa al saltarse una comida…) provoca que se agote la noradrenalina, impidiendo el mantenimiento del tono de los vasos y desencadenando la vasodilatación y, por tanto, la migraña antes explicada.

Tanto es así, que fármacos que mantienen la concentración sináptica de noradrenalina, tales como los IMAO (unos antidepresivos que evitan la degradación de la noradrenalina) o la propia noradrenalina, evitan la aparición de la jaqueca o la alivian si ya está instaurada.

Muy interesante, pero ¿qué pinta el queso en todo esto?

¡Ya voy, ya voy! Esos alimentos de los que hablaba antes (principalmente quesos fermentados, vino tinto y chocolate, pero también cerveza, higos, hígado y salchichas) son ricos en tiramina. La tiramina es un aminoácido que actúa como simpaticomimético indirecto. «Simpaticomimético» significa que estimula las neuronas del sistema simpático, causando esa activación mantenida de la que hablaba antes. Pero, por si acaso fuera poco, lo de «indirecto» significa que no lo hace por sí mismo sino que se sirve de un intermediario: ¡la noradrenalina!. O sea: no sólo activa el SNS, ¡sino que encima lo hace provocando la descarga de noradrenalina! ¡Justo el mecanismo que veíamos que causaba la migraña!

En fin: querida audiencia, espero haberme explicado bien (ahora mismo no tengo esa sensación) y que os haya gustado la entrada. Y lo siento, pero las tetas tendrán que esperar a otro día…

*-> De ahí la canción «Hemicraneal» de Estopa: «si duele la cabeza, con Hemicraneal vale.». Hemicraneal es un medicamento empleado en el tratamiento de la jaqueca, y está compuesto por tres fármacos básicos en esta enfermedad: paracetamol (primer escalón terapéutico), cafeína (para potenciar el efecto) y ergotamina (vasoconstrictor).

Bibliografía:
Escamilla C. Cefalea. En: Cliniguía. Actualización de diagnóstico y terapéutica. 2ª ed. Eviscience; 2007. p684-92.
Goadsby PJ, Lipton RB, Ferrari MD. Migraine &#8212 current understanding and treatment. N Engl J Med. 2002 Jan 24;346(4):257-70.
Flórez J, director. Farmacología humana. 3ª ed. Barcelona: Masson; 1997.
Raskin NH. Headache. En: Kasper DL, Braunwald E, Fauci AS, Hauser SL, Longo DL, Jameson JL, editors. Harrison’s Principles of Internal Medicine. 16ª ed. McGraw Hill, 2005. p.85-94

Perpetrado por EC-JPR

marzo 4th, 2009 a las 11:57 pm

Moscatel

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Dado mi morro fino, siempre he disfrutado de una buena copa de vino. No obstante, no llego al punto de esos sibaritas que distinguen año y bodega oliendo la copa y mirándola al trasluz; por eso mismo, había muchas cosas que me parecían sutilezas, gilichorradas. Entre ellas, esa manía de algunos con lo de los años de las bebidas. Y es que a mí me da lo mismo pimplarme un vino joven del año que de tres años antes*.

Sin embargo, el otro día vi algo curioso. Compré una botella de moscatel para un detalle, y cuando llegué a casa vi que ya había otra en el armario, ¡y de la misma bodega! Claro: como en este, mi santo hogar, no se suele beber, el ejemplar tenía ya seis años. Así que lo saco a la cocina, mientras voy pensando: Coño, pues no tiene un color un poco raro este moscatel… ¡Voy a compararlo con el que he comprado! Y, en efecto:

La de la izquierda es cosecha 2007. La de la derecha, del 2002, guardada permanentemente a oscuras. Y ya ven ustedes la diferencia. O sea que esta gente que habla de los vinos, igual sí que tienen razón cuando se ponen tiquismiquis…

* -> Vino joven es el de la última cosecha, que debe beberse durante el año siguiente a su recolección, al contrario que los crianzas, reservas o grandes reservas, que pueden (y deben) pasar un tiempo de almacenamiento.

Perpetrado por EC-JPR

diciembre 13th, 2008 a las 9:32 pm

Categoría: Frikadas

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