Parada (y II)
Para los que ya leísteis la primera entrada, aquí tenéis la segunda parte prometida. Los que no, he añadido esto a la primera, para que podáis disfrutarlo todo junto (pero en varias dosis, si no os queréis empachar). Que aproveche.
Taponamiento cardíaco:El corazón está metido en una bolsa de tejido fibroso, el pericardio, como un pedazo de carne en una bolsa al vacío, dejando un «espacio virtual» (no hay nada pero está ahí). Sin embargo, puede ocurrir que ese espacio virtual empiece a llenarse de fluido, como ocurre en la pericarditis, o de sangre, como tras una puñalada. Y, dado que esa «bolsa» no es distensible, si metemos líquido, el corazón tiene que reducir su tamaño: cada vez podrá llenarse menos y disminuirá el volumen latido.
Podemos encontrar entonces lo que se denomina disociación electromecánica o actividad eléctrica sin pulso: el corazón sigue teniendo sus impulsos eléctricos regulares, pero es incapaz de contraerse y expulsar sangre.
El tratamiento para esto es algo muy sencillo de explicar, arriesgado de hacer y espectacular de ver: una pericardiocentesis o, en cristiano, dar un pinchazo en el pecho a la altura del corazón para permitir que salga todo ese líquido que inundaba la bolsa.
Neumotórax a Tensión:Los pulmones se encuentran en una situación parecida al corazón, metidos dentro de otra bolsa que es la pleura. No obstante, en este caso hay una peculiaridad, y es que el pulmón tiende a colapsarse por sí solo: se mantiene expandido sólo porque hay vacío entre su pared y la de la pleura-bolsa, pero si perforamos ésta y permitimos que entre el aire, el pulmón empezará a apelotonarse, a disminuir su volumen: un neumotórax (mira la radiografía).
Ahora imagínate que no sólo ocurre esto, sino que esa perforación que hicimos actúa como una válvula: cuando inspiramos, la succión que creamos en nuestro tórax hace que esa «válvula» se abra y entre aire al tórax, pero cuando espiramos, éste se queda atrapado. Inspiiiira… espira. Inspiiiira… espira. Y así, después de unas cuantas veces, tendremos una gran presión positiva dentro del tórax, que no sólo impide que el corazón se llene de sangre, sino que colapsa las venas principales, disminuyendo el aflujo de sangre entrante al corazón. Estamos bien jodidos.
¿Arreglo? Como antes: pinchar el pecho (en un sitio distinto) para que salga ese aire a presión. El pulmón se quedará arrapiñao (neumotórax), pero por lo menos el resto de órganos funcionarán bien.
TEP (TromboEmbolismo Pulmonar):
Causado por un gran coágulo de sangre que obstruye los vasos que entran al pulmón, el flujo de sangre circulante se reduce enormemente a la par que se aumenta el esfuerzo del corazón, así que se produce una AESP y una isquemia miocárdica en menos que canta un gallo.
¡Ho, ho, ve más despacio, vaquero! Vale. Sabéis que la sangre se recoge primero en venas finas, luego en otras más gordas, y luego se junta todo en las venas cavas superior e inferior, que llegan al corazón, a la aurícula derecha. De la aurícula derecha pasa al ventrículo derecho, y de ahí, cuando el corazón se contrae, sale por la arteria pulmonar hacia los dos pulmones (a la vuelta de la esquina, como quien dice). Esto supone que todo el flujo de sangre del organismo (unos 5 L/min) fluye por la arteria pulmonar y su bifurcación a ambos pulmones. Después, la sangre de los pulmones vuelve al corazón: venas pulmonares a aurícula izquierda y, de ahí, al ventrículo izquierdo, que la expulsa a todo el cuerpo. ¿Está esto claro?
Ahora que sabéis eso, añadid a la «ecuación» un gran coágulo de sangre que ocluye una de las arterias pulmonares. La sangre no puede fluir por ella, así que no hay sangre que vaya de vuelta al corazón: no hay nada que latir hacia el resto del organismo. Estamos jodidos. Pero, para más inri, el corazón se alimenta de par de tomas de sangre que tiene justo a la salida del ventrículo izquierdo, en la raiz de la aorta. Y, si el ventrículo izquierdo no bombea nada, sabéis quien se queda sin comida, ¿verdad? O sea: no sólo no tiene sangre que latir, ¡es que encima se queda sin fuerza para ello! Mal plan…
Trombosis coronaria (infarto de miocardio):
En la regla mnemotécnica se incluyen este punto y el anterior bajo el apartado de «Trombosis». Para no alargarme demasiado, me autocito.
Tóxicos:
Hay muchos, cada uno con un mecanismo de acción distinto. Sin embargo, si tuviese que nombrar alguno, creo que los elegidos serían los antidepresivos tricíclicos. En contra de lo que mucha gente cree, es casi imposible suicidarse «tomando pastillas», a no ser que se trate justo de estas. He ahí la razón por la que hoy en día son fármacos de segunda o tercera línea en el tratamiento de la depresión: no conviene tratar a un potencial suicida con algo que puede emplear como herramienta para consumar su intención.
Para los matasanos diré que los ADT alteran el mecanismo de repolarización miocárdico, abriendo el QRS y alargando el intervalo QT y favoreciendo la estimulación en período refractario o, lo que es igual, dándote muchos boletos para hacer una FV. Para el resto del público, decir que este tipo de antidepresivos pueden provocar unas arritmias de puta madre. ¿Tratamiento? Bicarbonato intravenoso. Y, además, me suena que eso ya lo usamos antes, ¿no? 😉
Y esto es todo. Para los legos, espero que os haya parecido entretenido. Y para los médicos, espero haber repasado algo que ya teníais más que sabido.
Bibliografía:
European Resuscitation Council Guidelines for Resuscitation 2005. European Resuscitation Coundil. Disponible en http://www.erc.edu/
Cliniguía. Actualización de diagnóstico y terapéutica. 2ª ed. Eviscience; 2007.
Mejor que en cualquier libro (acojonante la imagen del NTX a tensión)
Por cierto, estamos ante la prueba de tu teoría de que, si la entrada no incluye nada acerca de choteras o mamellas, a la gente le cuesta comentar 😉
Ulukai
29 Mar 09 at 11:21
Muy gráfico.Sólo disiento en una cosa: no es difícil suicidarse con pastillas. Sólo hay que tomarse la dosis adecuada, el fármaco adecuado y asegurarse de que no te encuentren. Los ADT ya casi no se usan. Si hubiera que citar alguna yo pondría las benzodiacepinas o el paracetamol, que son las más frecuentes.
Menos mal que no todos son tetas…:)
dra jomeini
29 Mar 09 at 22:19
Clarito, diáfano, transparente.Nada que objetar, nada que añadir a lo que has dicho.
Jomeini, es curioso lo que comentas, yo pensaba que era mucho más complicado de lo que parecía, sobre todo en el caso del paracetamol. A la cama no te irás sin aprender una cosa más… 🙂
Sophie
29 Mar 09 at 22:55
Lo que yo leí en su día de «suicidarse con pastillas» es que la gente va toda atolondrada y, en su esfuerzo por no quedarse corta de dosis, se pasa, con lo que sólo consigue vomitar todo el mejunje y quedarse como estaba.
RinzeWind
29 Mar 09 at 23:04
@Ulukai:
Gracias por los cumplidos, jefe 🙂 Y, respecto a la imagen, acabo de editar la entrada, porque me he percatado de que no quedaba claro: es de un simple neumotórax, no de uno a tensión (no hay desplazamiento mediastínico).
Y sí, la prueba es irrefutable 😀
@dra jomeini:
Hombre… pones tres condiciones, donde la más necesaria de ellas es la última de todas: con contadísimas excepciones, casi todo tiene solución si se coge a tiempo, mientras que si me voy a una cabaña en mitad del monte, no hace falta ni que emplee fármacos: moriré deshidratado en días.
Respecto a la dosis, ya lo decía Paracelso:
Así pues, tienes toda la razón con lo del paracetamol, que es de las más frecuentes entre la gente que realmente quiere suicidarse, especialmente en el Reino Unido (por eso se reguló hace unos años la cantidad máxima de paracetamol en preparados comerciales). No obstante, siempre queda la acetilcisteína, el MARS y el nivel 0.
Y, en cuanto a las benzos, la única forma de que sean letales es tomarse una muy buena dosis y, como decías antes, asegurarse de que nadie te encuentre: para los legos (mi anestesista favorita tiene esto más que sabido), cuando llega a urgencias un paciente arreactivo se le administra el «coma cóctel», que incluye el antídoto de las benzos. Aparte de que el «único» efecto de una benzo es que provoca depresión respiratoria.
@Sophie:
No sólo el paracetamol es uno de los más usados, sino que si no llamas al 112 para llorarles tras tomártelo, cuando aparezcan los síntomas estarás servido. No sé si conocerás el nomograma de Rummack-Matthew: sirve para estimar las expectativas en función del tiempo y la dosis. Y, aunque siempre queda el MARS (diálisis hepática) mientras se espera un trasplante hepático urgente (nivel 0 de prioridad de asignación), si hay una IHAG (fallo hepático fulminante) las expectativas de vida son de horas. Joder, cuántas siglas he soltado…
@RinzeWind:
Lo que pasa con las pastillas es que la gente que las emplea son, en su gran mayoría, notas que quieren llamar la atención. Si uno quiere suicidarse, coge una escopeta y se va al pretil de un puente (si falla uno, funciona el otro): lo de tomarse un puñao de Valiums en pleno ciegazo mientras se llama a algún pariente para hacerle sentir culpable no suele funcionar… Por no hablar del que se toma una caja de Aspirina, que los hay.
EC-JPR
30 Mar 09 at 03:17
Esto, para los legos, tampoco viene mal, siempre y cuando no seas un «tumbitas» y te creas que tienes todos los síntomas ya. ¿Y por qué nos viene bien? Porque así seguimos con más base las series de médicos, que nos invaden en todas las teles 😉 Ver a la Dra. Cameron meterle una puñalada con un jeringón a la paciente en el corazón adquiere todo su sentido 😀
Ahora en serio, lo de dejar en manos de un depresivo un tratamiento que puede servir para que se suicide, ya me lo había planteado hace tiempo, pero claro siempre piensas que esto es demasiado gordo como para que se les haya pasado a los psiquiatras, y ese peligro debe estar minimizado. También es cierto que si te quieres suicidar de verdad, no necesitas hacerlo con los antidepresivos; he oído que bebiendo agua destilada a mansalva, para causar una hiponatrosis y parar el corazón, es posible ¿Lo es?
Otra pregunta ¿no serían más efectivos para dejar este mundo plácidamente los tranquilizantes, que también se suelen dar junto con los antidepresivos? (a lo mejor me estoy haciendo un lío). No, no me quiero suicidar, tranquilos. 😉
Zamuro Z
30 Mar 09 at 10:20
Pues no se les ha pasado… pero es un riesgo que existe. De hecho, no es raro el suicidio en las primeras semanas/días de tratamiento antidepresivo (especialmente en adolescentes), cuando la persona recupera las capacidades volitivas (pueden moverse para hacer cosas) pero aún se encuentra en un estado de pesimismo (creo que se llamaba tríada cognitiva: cuando ven todo negro y sin posibilidades de mejora).
Lo del suicidio con agua, sí, teóricamente se puede lograr. Pero seguro que antes de eso estás vomitando los cuatro litros de agua que te has metido p’al cuerpo. Si te quieres suicidar de verdad, repito: escopeta y puente. O azotea de edificio, que tiene que molar un huevo.
En cuanto a los fármacos, no, no te estás liando 🙂 Lo que pasa es que, debajo de cada nombre, hay varias familias: lo que tú llamas «tranquilizantes» son las benzodiacepinas de las que hablábamos la Dra. Jomeini y yo más arriba. Se podrían usar, pero del mismo modo que te puedes suicidar con una borrachera. En cuanto a los antidepresivos, hay varias familias: la más común hoy en día son los ISRS, como el Prozac o el Cipralex, que son tan efectivos para suicidarse como intentar matar un cerdo a besos. Por el contrario, los ADT, que hoy son fármacos de segunda o tercera línea, sí que pueden provocar unas arritmias muy guapas y mandarte al otro barrio. Por eso se abandonó su uso.
La verdad es que, si no te gusta ninguna de las otras formas y quieres suicidarte con fármacos, no hace falta irse a moléculas complicadas: basta con iones monoatómicos.
EC-JPR
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