Balance de blancos (o cómo algo puede ser naranja y azul)
¿Alguna vez os habéis preguntado cómo es posible que en esa foto se os vea con tan mala cara, de un azulón que tira para atrás? O lo contrario: que esa fachada de piedra parezca salida del infierno, tan roja ella. La explicación es muy sencilla: el balance de blancos (o temperatura del color) está mal ajustado.
Os habréis dado cuenta de que no todas las fuentes de luz son iguales: el color de una vela no es el mismo que el de un fluorescente, y el de un día soleado no es el mismo que el de uno lluvioso. Cada uno de ellos tiene un tono diferente, que podríamos resumir en la dominancia de unas componentes de color sobre otras (más rojo o más azul): por eso el blanco no se ve igual con cada una de esas iluminaciones. Asimismo, que me corrijan los físicos, pero tengo entendido que un cuerpo emite radiación de distinto color en función de su temperatura, como ocurre con las estrellas: de ahí que al balance de blancos también se le denomine temperatura de color (expresada en Kelvin).
Así pues, el color de una escena o un objeto va a depender de la iluminación que tenga, y que deberemos corregir si pretendemos reflejar la realidad. Es decir, le tenemos que indicar a la cámara qué tipo de luz hay, para que ella equilibre los colores y muestre blanco lo que es blanco, y rojo lo que es rojo. El problema surge porque la cámara generalmente trabaja en AUTO y ella sola estima el balance de blancos; generalmente suele acertar, pero cuando falla, puede ser desastroso. Un ejemplo: en esta foto del Blogs&Ciencia de la semana pasada, disparada con flash. A la derecha, la cámara empleó un balance de blancos correspondiente a la luz de flash (casi blanco neutro). Sin embargo, por cómo se hizo la foto (con un tiempo de exposición largo), se captó la luz de fondo, que era tipo tungsteno (más rojiza, más «cálida»). ¿El resultado? La cámara pensó que los colores tenían que ser más fríos de lo que realmente eran:
Vale, bien. Pero os he dicho el problema, no la solución. ¿Cómo podemos arreglar este desaguisado? Tenemos dos opciones: una fácil y bastante eficaz, y otra más complicada pero infalible. La fácil es cambiar el balance de blancos a uno de los prefijados en la cámara, que generalmente incluyen día soleado, nublado, interior, luz fluorescente y tungsteno: ¿disparamos y vemos que los colores no nos convencen? Prestamos atención a la luz que hay, y se lo decimos a la cámara. La otra posibilidad, que está restringida a usuarios de cámaras réflex y compactas de gama alta, es más complicada, pero a la larga sale mucho más rentable: consiste en grabar las fotos en formato RAW, archivos en bruto. Así no sólo obtendremos fotos, archivos en JPG, sino también un «negativo digital» que, aunque requerirá un procesamiento posterior, ofrece la ventaja de poder corregir a posteriori muchos parámetros, transformando una foto descartable, como era la de antes, en otra mucho más atinada.
Espero haberme explicado lo suficientemente bien y que estos consejos os sirvan para salvar alguna foto que, de otra forma, hubiera ido directa a la papelera.
@ EC-JPR:
Hay una tercera vía, que tiene mi Panasonic, y supongo que cualquier digital medianita también. Se trata de activar una opción que te permite apuntar a un objeto que debería aparecer blanco en la foto, pulsar el botón de disparo, y la cámara calcula el balance de blancos; luego ya puedes encuadrar a donde quieras, enfocar y disparar. Se puede dejar fijo ahí si vas a hacer varias fotos en el mismo sitio.
La cuestión es buscar un objeto que inequívocamente ha de salir blanco, como p. ej. en la imagen que nos muestras, las letras de Obra Social Cosmocaixa, o la pantalla del fondo antes de que se empiece a proyectar algo, o una simple hoja de papel en blanco que tengas a mano, si no hay otra cosa.
El problema viene cuando, como en la foto, se combinan luz de flash y luz ambiente en una foto con exposición larga, porque no te valdría ni el valor del flash ni el de la luz de fondo. Entonces sí que acabarás hacíendolo en el ordenata. Por cierto, que el programa que uso yo, que no es nada del otro mundo, corrige el balance de blancos de la misma manera que lo hace la cámara, es decir, apuntas con el cursor a algo que debería ser blanco, y el programa lo usa como referencia para ajustar el balance de blancos.
«A mí me funciona» que dirían quienes ya sabes. 😉
Oye, muy buena entrada para «desasnar» al personal en este tema, que a veces ves unas fotos de azulón subido, o de naranja chillón, que tiran para atrás, y cuando comentas esto, te dicen «¡Anda! ¿eso lo hace mi cámara?» Y sí, lo hace pero no se lo miraron en su día.
P.D. con toque fisiológico. ¿Te has dado cuenta de que a nuestra vista, o mejor, a nuestro cerebro el balance de blancos no está «tan desajustado» como aparece en las fotos? Es decir, saca una foto con el ajuste de «luz de sol», pero en un interior con luz de tungsteno, y compara lo que ves con lo que sale en la cámara. En ésta sale de un amarillo-naranja de espanto, cosa que tú no ves tan exagerado a simple vista. Y la cámara no miente ¿No que parece como si el cerebro hiciera un ajuste de blancos particular?
Zamuro Z
8 Oct 09 at 08:40
Se ha explicado usted de maravilla, y se lo agradezco de mil amores, ya que ese es no de los parámetros de mi cámara en los que, por pura ignorancia, nunca me fijo.
Y encima soy de los que todavía dispara en RAW. ¿Que por qué? Pues porque como todavía soy bastante mediocre encuadrando, tengo la fea costumbre de disparar varias veces (demasiadas veces) en cada encuadre que hago, para después buscar en casa la mejor de las fotografías. Ya, ya sé que es bastante contraproducente y que además esas capturas en JPG son menos susceptibles de ser retocadas que en RAW. Este invierno, ahora que voy a tener más tiempo libre, espero poder corregirlo. Espero así ahorrar tiempo, espacio en mi disco duro, y obtener mejores fotografías.
Por cierto, lo del tándem ya está en marcha, aunque nunca nos ponemos de acuerdo en las fechas entre los del aeródromo y los que vamos a ir. Pero que este otoño lo hago, vamos que si lo hago… Ya le contaré… 😉
Alvarodelcastillo
8 Oct 09 at 09:38
Wow! Muchas gracias por los consejos!!!
indio
8 Oct 09 at 12:31
En efecto, la «temperatura» de las fuentes de luz varía su color: más calor, más azul. La luz solar, si no me equivoco (son apuntes del año pasado), en un día despejado está a unos 10000 K (o incluso 30000), mientras un tugsteno puede estar a unos 3000. Antiguamente, se usaban distintos carretes para «interior» o exterior (independientemente del ISO) y si querías usar un carrete para tugsteno en el exterior, no te quedaba otra que usar un filtro ámbar o viceversa: con un carrete para luz día tenías que usar un filtro azul en interiores (y aumentar el tiempo de exposición).
En cualquier caso, yo diría que lo uno no quita lo otro: le dices a la cámara qué fuente de luz estás usando y, aparte, sacas la foto en formato raw ¿no?
almu
8 Oct 09 at 14:42
@ almu:
Qué tiempos aquéllos en que para tener todo previsto, la gente llevaba dos (o tres) cuerpos de cámara, cada uno con un tipo de carrete diferente, y el juego de objetivos. Que si uno para luz de día, que si otro para interior, y luego un 400 ASA o más, por si había poca luz, …
De todos modos, yo tiraba en blanco y negro porque la economía no daba para más, y con 100 ASA y mucho pulso en interiores. Eso sí, laboratorio en casa (léase cuarto de baño) donde revelaba película y fotos.
Ahora una sola cámara (y en mi caso con un solo objetivo con un zoom bárbaro), que te las hace hasta con el efecto virado a sepia, que antes hacíamos con liquiditos una vez revelada la foto.
O tempora, o mores 😀
Zamuro Z
8 Oct 09 at 21:08
@Zamuro Z:
Efectivamente, esa es la otra opción, mucho más profesional 🙂 (hijo mío, ¿hay alguna rama del saber que tú no toques?). Se puede emplear una hoja blanca (solución de baja tecnología), o una de esas gray cards (en tiempos también servía la tapa de Pringles). Pero reconozco que no la he probado: prefiero fiarme de los preajustes de la cámara o retocar en el ordenador. De hecho, la entrada es una publicidad subliminal del RAW; desde que descubrí que puedo guardar en ambos formatos a la vez, ¡no veas la de fotos que me ha salvado!
En cuanto al toque fisiológico, discrepo un poco contigo: por lo poco que he aprendido (y ha sido por ensayo y error), tengo la sensación de que nuestros ojos captan la «realidad», con sus tonalidades, mientras que la cámara puede dedicarse a «neutralizar» esa realidad. Tengo una foto de unas velas que mañana intentaré poner por aquí: la cera es color gris-amarillo, pero mis ojos la ven anaranjada. Con la cámara puedo decirle que me la siga sacando anaranjada, o que lo ajuste y la muestre con su color cerúleo auténtico.
Por lo de los cuerpos de cámara, algunos pros siguen haciéndolo para no tener que andar cambiando de cristales: en eventos deportivos y similares, llevan uno con un tele y otro más corto. Y lo del revelado de fotos confirma lo que dije antes, hombre renacentista 🙂 Eso sí: es algo que yo no he llegado a conocer, ¡cosas de la edad! 😛
@Alvarodelcastillo:
Claro: no te fijas porque con sol o en exteriores, todo va a pedir de boca. Cuando en un día nublado la foto te queda «apagada», te mosqueas. Y cuando una foto en interior te sale naranja, decides que es un conocimiento muy útil 🙂
Por otra parte, te recomiendo de veras que dispares en RAW: tienes la ventaja de que luego no sólo puedes reencuadrar (¡en 12 megapíxeles te sobra foto por todos los lados!), sino también corregir iluminaciones y viñeteado sin que Photoshop te meta un ruido del carajo : la herramienta «Luces y sombras» tiene sus límites… Eso sí: no cuentes con ahorrar espacio en disco, ¡que cada archivito son diez megas de marras! 😛
Y ya nos contarás qué tal el salto, preferiblemente ilustrado con todos los atalajes 🙂 ¡Y no te olvides de desengancharte!
@indio:
¡Me alegro de que te hayan gustado!
@almu:
Y, paradójicamente, tuve que corregir varias veces la entrada porque tendía a hablar de colores cálidos y fríos, cuando en realidad es al contrario. Realmente, los colores más azules se emiten por cuerpos más calientes, pero en el Mundo Real™, lo rojo es cálido (fuego), y lo azul es frío (hielo).
Respecto al disparo dual, efectivamente: por un lado haces los ajustes para el JPG, y por otro lo guardas también en RAW por si las moscas.
Y muchas gracias por la aportación analógica de la experta en el tema: ¡cómo se nota que una tiene estudios! 🙂
EC-JPR
9 Oct 09 at 00:06
«hablar de colores cálidos y fríos, cuando en realidad es al contrario. Realmente, los colores más azules se emiten por cuerpos más calientes»
Si fueras aficionado a la astronomía (¡Sí, también lo soy, un poco!) no tendrías ese problema, porque el color de las estrellas depende de su temperatura superficial, y van desde el rojo al azul, pasando por el naranja, amarillo y blanco. Aquí tienes un enlace divulgativo.
Además, podrás saber también por qué los astrónomos se aprenden esta frase nemotécnica: «¡Oh, bella Alicia, fuiste ganando kilos majestuosamente!» y qué tiene que ver con el color de las estrellas. 😀
Respecto del reajuste del color por el cerebro, tengo que buscar un artículo sobre el tema o un capítulo de un libro de Oliver Sacks (me suena «La isla de los ciegos al color») donde leí algo sobre esto. Me sorprendió y por eso lo recuerdo. A ver si hay suerte y lo encuentro.
Mientras tanto, otro articulito divulgativo con curiosidades sobre el color magenta, que tiene unos juegos visuales que te gustarán (el del círculo de puntos magenta, con el hueco dando vueltas, es increíble).
Me voy un par de días de puente. Hasta entonces. 😀
Zamuro Z
9 Oct 09 at 08:14
Vaya por dios, etiqueté mal la url del enlace a lo del color magenta. Aquí está.
Zamuro Z
9 Oct 09 at 08:32
Para acordarme de los colores cálidos y fríos recurro al espectro electromagnético. Así rápidamente recuerdo que la radiación ultravioleta (esta por encima del violeta, tiene mayor frecuencia, mayor energía) y que la radiación infrarroja esta por debajo del rojo, (menor frecuencia, menor energía.
furosemida
9 Oct 09 at 11:28
Ya… eso es una paradoja bastante extraña. ¿Por qué hablamos de colores fríos y calientes cuando con las luces funciona exactamente al revés? (En Bellas Artes, la gente se hacía bastante la picha un lío). ¿Es sólo una cuestión cultural (el cielo azulito, paz, etc)? Y si no es cultural, sino «innata», ¿qué sentido tiene?
En CosmoCaixa leí que muchos metales nos parecían «fríos» porque, al ser buenos conductores nos «robaban» fácilmente temperatura al tocarlos. A lo mejor existe algo parecido con los colores, más allá de la asociación con el hielo y el fuego…
almu
9 Oct 09 at 13:31
Y a falta de tarjetón gris la mano…
Doctor Mapache
10 Oct 09 at 14:40
@Zamuro Z:
Por eso lo digo: realmente, un cuerpo más caliente tiene colores más azulados, que es lo que en lenguaje coloquial se llama «color frío». Eso sí, ¿podrías explicarme la regla nemotécnica? 😳 Y voy a echarle un vistazo a ese link sobre el magenta, tiene buena pinta 🙂
@furosemida:
Es otra opción 🙂 Sin embargo, como le decía a Zamuro, esa denominación de cálidos y fríos es físicamente correcta, pero no acaba de encajar con la idea intuitiva que tenemos.
@almu:
Pues es posible: misterios de la psique humana 🙄
@Doctor Mapache:
¿¿Te ha funcionado con la mano?? Hmmm… no debería…
EC-JPR
10 Oct 09 at 14:55
«Oh, bella Alicia, fuiste ganando kilos majestuosamente» Se trata de que la inicial de cada palabra de la frase es el nombre de un tipo espectral, perteneciente a la clasificación de las estrellas por su color/temperatura: O, B, A, F, G, K, M.
En inglés usan: «Oh, Be A Fine Girl, Kiss Me!», más directo que la otra frase 😉
Las estrellas de superficie más caliente son las de la clase O (letra o, no cero), y son las de color azul, y cuya temperatura puede llegar a los 30.000ºK (sobre 29.700ºC) y luego son blanco-azul, blanco, blanco-amarillo, amarillo (nuestro Sol), naranja y rojo (clase M; sobre los 3.000ºK en superficie).
¿Por qué esa diferencia entre color caliente en lenguaje coloquial y en lenguaje técnico? Porque en lenguaje coloquial la apreciación caliente-frío del color es subjetiva, y en lenguaje técnico es la longitud de onda de la luz que emiten los cuerpos según aumentamos la temperatura, lo cual tiene que ver con la cantidad de energía que posee.
Así, en el caso de las estrellas, las más energéticas son las de color azul, y las menos energéticas, las rojas.
Es pura física, qué le vamos a hacer.
Zamuro Z
11 Oct 09 at 19:20
Sr amo, ahora que lo dice… creo recordar que lo de la mano era para medir la luminosidad con el fotómetro.
¡Maldito Alzheimer!
Doctor Mapache
18 Oct 09 at 23:21