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Nueve meses después
Una de las primeras preguntas que se le hacen a una embarazada es, o bien de cuánto tiempo está, o cuándo «sale de cuentas»: es decir, cuándo le toca sentarse en el potro para parir. La feliz aludida nos responde en el acto, pues generalmente ya ha visitado a su ginecólogo y sabe todos los datos del churumbel; sin embargo, ¿alguna vez os habéis visto en la situación de ser vosotros los que tenéis que calcular la fecha del parto? Sí, hombre, lo típico de: «Pues, si te quedas embarazada ahora, darás a luz hacia el…». Y ahí viene lo jodido.
La ecuación del botijo es una mariconada al lado de esto: «Vamos a ver… si echamos un casquete ahora y acertamos, más nueve meses de embarazo… ¿o eran cuarenta semanas? A contar desde hoy, menos catorce días de la ovulación más cinco de la regla, treinta días tiene septiembre, con abril, junio y noviembre…», y nos sale que el niño nacerá para Semana Santa. Además de que, con la concentración, ya se nos han pasado las ganas de engendrar (eh, habría que probarlo como medio de control, en vez de los condones). Nada, no sirve. Hay que buscar algo más práctico.
Como ya os explicaré otro día, los médicos somos unos vagos redomados, así que un obstetra alemán tuvo que idear una regla para calcular con rapidez una aproximación a la fecha del parto. A ese método se le conoce como la regla de Naegele, en honor a su inventor, y es tan sencillo como:
- Toma el primer día de la última regla,
- Añade siete días,
- Quítale tres meses, y
- Añádele un año.
Un ejemplo práctico: a nuestra legítima no le ha visitado la señorita de rojo, y le tocaba, pongamos, el veinte de enero (eso sí, un dato importante: si su regularidad es más parecida a un reloj de los chinos que a uno suizo, obviamente la regla anterior no sirve). Tuvo su último período el 21 de diciembre de 2008: más siete días, es 28, menos tres meses, es septiembre (12-3=9), del año siguiente (2009). Así que los patucos y similares tendrían que estar en casa para el 28 de septiembre de 2009. Mucho más fácil, ¿o no?
Ahora bien, como ya os imaginaréis, esto es todo un cálculo medio y, por lo tanto, aproximado. De entrada, supone que la mujer es regular, y no tiene en cuenta si el año es bisiesto o no. Además, una gestación normal puede durar entre 37 y 41 semanas (a contar desde la FUR), y la cuenta lo estima sólo para una media de 40. Pero bueno: para hacerse una idea no está nada mal.