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Antibióticos y alcohol
Hoy una entrada corta, venga. Aprovechando que es viernes, ¿quién no ha oído alguna vez la frase esa de «no, esta noche no puedo beber, que estoy tomando antibiótico»? Mucha gente piensa que los antibióticos y el alcohol son incompatibles. Pues bien, no es del todo correcto: la mayoría de los fármacos se eliminan (e interaccionan) por la vía del citocromo P450, que a su vez no metaboliza más del ~10% del alcohol ingerido.
No obstante, la leyenda urbana, como ocurre a veces, sí que tiene una base real. La mayoría del alcohol (85-90%) se degrada vía aldehído deshidrogenasa, una enzima a la que afectan muchísimos menos fármacos, a saber: sulfonilureas (antidiabéticos orales), cloranfenicol (un antibiótico que hoy apenas se usa), metronidazol (Flagyl®, este sí que es más común) y alguna cefalosporina (otro tipo de antibióticos). En otras palabras: sí, hay algún antibiótico que no se debe mezclar con alcohol, pero son casos puntuales.
Y esos «casos puntuales» (Flagyl…), ¿qué problemas causan con el alcohol? Pues se puede producir el efecto disulfiram, o efecto antabús, llamado así porque es el nombre de un fármaco empleado en la deshabituación alcohólica. En los casos en los que el médico (psiquiatra) lo juzgue conveniente, y siempre previa firma de un consentimiento por parte del paciente, puede iniciar el tratamiento con Antabus®. Este medicamento no «desalcoholiza» a nadie, sino que, digamos, refuerza la voluntad del ex-adicto; si su ánimo flaquea y se le ocurre volver a echar un trago, le va a entrar tal chungazo (sudor, taquicardia, vértigo, náuseas, hipotensión…) que se le van a quitar de golpe las ganas de repetir. Lo malo es que algunos, entre tanto, acaban en la UCI (de potentes que son los efectos): por eso lo del consentimiento.
Pero bueno, curiosidades aparte, ya lo sabéis: el próximo día que estéis tomando antibiótico para las anginas y salgáis con los colegas, os podéis echar un par de cervezas tranquilamente. Y de todas formas, diga yo lo que diga, no os olvidéis de que, en caso de duda, lo más seguro es leer el prospecto.