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Cerrado por MIR
Como está feo irse sin despedirse, dejo este post como aviso a navegantes: el blog permanecerá cerrado hasta la primera semana de febrero. ¿Motivo? «El» examen. No quise echar el cerrojo antes, y hasta ahora he conseguido andar en misa y repicando: haciendo una pausita para tomar unas cañas, perdiendo una mañana para consultar bibliografía o yendo a comer con los amigos mientras debería estar repasando preguntas. Sin embargo, los simulacros y los percentiles no hacen prisioneros. Y aunque el «Objetivo: día uno» empiece a quedar fuera de lo probable, lo cual me resulta incluso conveniente (me evita dudar entre cardio y anestesia), aún queda por delante una última vuelta y casi cuatro semanas para intentar obtener un número bonito que me permita tener un abanico donde elegir.
Así que ya saben vuesas mercedes: si se aburren, a la derecha hay un desplegable que les llevará a los archivos de estos (casi) tres años. Y, si alguno queda por aquí, nos veremos dentro de un mes. Se me cuiden ustedes.
Exámenes e hipocresía
Os prometo que dentro de unas horas tendréis una entrada de las de verdad, tochazo con su bibliografía y toda la pesca. Pero el blog es mío, y me lo follo cuando quiero, así que voy a desfogarme once again. ¿Motivo esta vez? El cambio en el MIR del año 2011. Pero no para lloriquear, sino para ciscarme en todos aquellos hipócritas que emplean la ley del embudo con más soltura que un tabernero envasando garrafón. Así que advierto: modo barra de bar y exabruptos ahead.
Ante la troncalidad, ¿qué hacer?
Madre mía, la que se ha liado: cuando escribimos este texto entre dos compañeros y yo no pensamos que fuese a tener tanta repercusión… ¡Y me alegro! Lo primero es que todos estemos informados de lo que se avecina: hasta ahora no he encontrado a nadie que compartiese la propuesta del Ministerio tal y como está formulada, sea estudiante, residente o adjunto. Sin embargo, sí he visto algo que me parece arriesgado, y es que hay compañeros dispuestos a soportar «males menores». Dejadme que hable claro: aquí la cuestión no es que, puestos a que nos jodan, que lo hagan con cariño. La clave es que tenemos que hacernos oír y respetar. Vista la aberración del Ministerio, algunos aceptarían la troncalidad si se hiciesen cambios menores como quitar el examen posterior o permitir elegir especialidad fuera de tu hospital. Y digo yo: ¡exacto, eso es lo que pretenden! Quieren una moto, así que nos piden un coche.
¿Por qué digo esto? Cualquier persona con dos dedos de frente se dará cuenta de que el borrador de la troncalidad es una burrada, que su aplicación sembraría el caos (especialistas mal formados, fuga de especialidades, servicios sin personal). Por eso mismo estoy convencido de que al Ministerio no le importaría ceder en ciertos puntos, y el resultado ya no nos parecería tan malo: claro, comparado con lo que había antes… Por eso la pregunta que debemos hacernos es: ¿con qué estamos dispuestos a tragar? Personalmente, no me gustaría que me alargasen la residencia dos años más por la patilla, y me da a la nariz que ese es el objetivo real: el resto son señuelos para distraernos por el camino.
Por eso debemos actuar con perspectiva y no conformarnos con una chapuza, no encogernos de hombros y decir «Bueno, podríamos estar peor». Sí, siempre podemos estar peor. Por eso no podemos echarnos a temblar y admitir un mal menor «por si acaso». Tenemos que negar la mayor: no queremos más años mareando la perdiz ¡No queremos estudiar séptimo y octavo de Medicina! Algunos diréis que al fin y al cabo no es tan grave, que ya hay especialidades que rotan casi dos años. Cierto: Familia, Interna y pocas más. Pero decidme qué carajo pinta un dermatólogo, un preventivista o un ginecólogo recorriéndose los servicios de medio hospital durante la mitad de su formación. ¡Joder, que la mayoría de las especialidades duran cuatro años!
Mi punto en todo esto es que no podemos confundirnos al plantear nuestras reivindicaciones, y debemos hacerlo con amplitud de miras: que el árbol no nos impida ver el bosque. Y como todo movimiento popular, debemos iniciarlo a nivel local. No podemos esperar a que organizaciones estatales, lastradas por la burocracia, inicien las movilizaciones. Corred la voz en vuestras Facultades, en vuestros hospitales, haced llegar esto a los medios de comunicación. Que la gente sepa que nos la están intentando meter doblada, y que nosotros no nos conformamos con un poquito de vaselina.
EDIT: Más información en Troncalidad: así no
Troncalidad en el MIR
Ayer tuvimos una reunión en Madrid, auspiciada por una academia de preparación al MIR, para informarnos de los cambios de las próximas convocatorias: en concreto, de la famosa «troncalidad». Y, aunque el texto aún puede sufrir alteraciones menores hasta su publicación (se espera que salga antes de un mes, vía Real Decreto), su aprobación significará una patada en el estómago a la formación de los Médicos Internos Residentes en España.
Para los de fuera del gremio, resumo la situación actual, la misma que durante los últimos treinta y dos años: uno hace el examen MIR (250 preguntas tipo test) y, con la nota que obtiene y su expediente, puede elegir una plaza de formación en una especialidad y hospital determinados, plaza que mantiene hasta que acaba su enseñanza (cuatro o cinco años). Fácil, bonito y para toda la familia.
Ahora se sacan de la manga la «troncalidad»: ¿qué repercusiones va a tener semejante idea de bombero? Démosle vueltas a lo que se expone en este borrador. Con la modificación no se elegirá especialidad y centro sino una UDT (Unidad Docente Troncal), cada una de las cuales podrá comprender uno o varios hospitales e incluirá distintas especialidades. Existirán cuatro itinerarios troncales: médico, quirúrgico, laboratorio y diagnóstico por imagen (excepto algunas especialidades que se quedan fuera de la troncalidad, y que de momento son: pediatría, oftalmología, anatomía patológica y psiquiatría). Los dos primeros años de formación (R1 y R2) serán comunes para cada tronco, con rotaciones por los distintos servicios que lo integran, adquiriendo formación en competencias generales. O, en otras palabras, los dos primeros años de residencia pasarán a ser séptimo y octavo de Medicina.
Al cabo de estos dos años se hará otro examen, como un segundo MIR, con una temática propia del tronco (denominado prueba troncal o PT). Y, con la nota de este segundo examen, la evaluación de los dos años y la nota del MIR original, podremos elegir la especialidad. Pero, atención: no cualquier especialidad. Sólo entre aquellas ofertadas por esa UDT.
¿Qué repercusiones prácticas tiene todo esto?
- En primer lugar, y más importante, supondrá un descenso de la calidad de la formación y la asistencia, pues se reduce en dos años el período efectivo de especialización (de cuatro a dos o de cinco a tres); ante esta vicisitud, algunas sociedades especulan con alargar el periodo de residencia, mientras que ciertas unidades docentes han valorado directamente rechazar la docencia. ¿Tú te dejarías anestesiar por alguien que lo ha practicado sólo durante dos años?
- No habrá residentes de primer o segundo año propios de cada servicio: las guardias específicas del servicio se repartirán entre la mitad de personal, que además carecerá de experiencia (el R3 de cardio estaría realmente en su primer año de formación como cardiólogo).
- En lo académico, el residente no sabe la especialidad que podrá cursar hasta pasados dos años de formación, que serán a fondo perdido si finalmente no consigue la especialidad deseada: o te jodes y haces reumatología, o vuelves a empezar (¿alguien dijo «estabilidad laboral»?). Es más: el residente ni siquiera sabe si su unidad docente troncal (UDT) seguirá ofreciendo esa especialidad para cuando él finalice su período de troncalidad, pues puede haber sido desacreditada entre tanto. O sea: me voy a Jaén con la esperanza de hacer vascular… y después de dos años de guardias resulta que ya no puedo porque la han quitado.
- Asimismo, la nota del MIR será computada por duplicado, aumentando el porcentaje de médicos que se vuelven a presentar sólo para mejorar la calificación. En el mismo sentido, enrarecerá el ambiente de trabajo, pues los compañeros de los dos primeros años serán competidores directos para las (o la) plaza deseada en la PT.
- El hecho de haber especialidades fuera de la troncalidad conducirá a una fuga hacia estas: si alguien duda entre una especialidad con troncalidad y otra sin (por ejemplo ORL vs. oftalmología), es lógico que quiera asegurarse la especialidad desde un primer momento.
- En el borrador no se define qué sucederá con los centros privados: ¿no estarán sometidos a UDT, formarán UDTs independientes, quedarán adscritos a una UDT pública, sus plazas serán de acceso libre?
- No obstante, no todo son inconvenientes: hay una gran ventaja. Económica. Se aumenta enormemente (más del doble) el personal disponible para la realización de suplencias o guardias, que dejarían de ser realizadas por adjuntos para pasar a serlo por R1 y R2 (con salarios más bajos). Y además, las academias (privadas) también verían aumentados sus ingresos al tener que preparar a médicos para el MIR y la PT.
¿Qué hacer?
Estas medidas se implantarían en la convocatoria MIR de 2012: afectan directamente a los estudiantes que actualmente están en quinto de carrera, pero también salpica a todos los residentes que se verán enmarronados dentro de tres años con una carga de trabajo ingente, y a los servicios que van a tener que funcionar con la mitad de personal. Por eso os pido que, aunque haya que esperar a su publicación definitiva en el BOE, de momento corráis la voz para que la gente esté alerta con este tema porque, si no se le mete tijeretazo a ese texto, tendremos que tomar las medidas oportunas.
¿A dónde pretenden llegar con todo esto?
Vamos a los comentarios, donde ya ha salido el tema. Porque, al igual que otros, yo tampoco creo que el objetivo sea aprobar el texto tal y como está ahora…
EDIT: Más información en Troncalidad: así no