Per Ardua ad Astra

Tanto gilipollas y tan pocas balas

Dilema moral, ¿o no?

34 comentarios

Antes solía oír en Radio 5 a Florentino Moreno, catedrático de Psicología de la Complutense. Tenía un programa, «El factor humano», que se emitía justo a la hora que iba al curro. En una de las ediciones afirmó que las decisiones racionales no existen, sino que siempre se toman de forma emotiva, y sólo después se les busca una explicación razonada. Sorprendente, ¿no creéis? Sobre todo para alguien como yo, que se jacta de frialdad al tomar decisiones. Así que me quedé intrigado: ¿hasta qué punto decidimos antes de pensar? Voy a intentar explicarlo haciéndoos un experimento con tres ejemplos: ya me diréis si he conseguido demostrarlo.

  1. Un tren se acerca por una vía en la cual hay cinco personas que no tienen forma de enterarse de su llegada hasta que les atropelle, y no puedes avisarles a ellas ni al maquinista. En otra vía hay una única persona, en las mismas circunstancias. Y tú estás en un cambio de agujas: puedes moverlo para desviar al tren desde la vía con cinco personas (morirían los cinco) a la vía con una (sólo moriría este). ¿Qué haces? Piensa la respuesta antes de seguir leyendo, por favor.
  2. La cosa se complica. Ahora se acerca el mismo tren, manchado de sangre, y en la vía hay cinco personas, las mismas de antes. Como en el primer caso, no tienes forma de avisarles a ellos ni al maquinista, y también te encuentras en un cruce de agujas. Sin embargo, en este caso la vía alternativa hace un bucle y vuelve a la original justo antes del grupo de cinco personas, así que el tren seguiría atropellándoles. No obstante, en ese bucle hay un hombre, mezcla de vendedor de cómics y Gordo Cabrón, con cuya masa se detendría el tren. Pero claro, él la pifiaría. Resumiendo: o dejamos que el tren siga por la vía y se lleve a cinco por delante, o lo desviamos al bucle para que choque con el gordito y se detenga. ¿Qué haces?
  3. Último ejemplo: en un hospital hay cinco enfermos, cada uno con un fallo letal de un órgano distinto (a uno no le funciona el hígado, a otro el corazón, a otro…), y los cinco morirán inevitablemente a no ser que se les trasplante el órgano defectuoso. No se encuentra ningún donante compatible con ellos, y tampoco serviría emplear las piezas de uno para curar a los otros cuatro. Sin embargo, en la sala de espera del hospital hay una persona, completamente sana, cuyos órganos salvarían a los cinco enfermos… a costa de matarle. ¿Qué haces?

Vale: ahora voy a echar la quiniela. En la primera pregunta, todos sacrificasteis al pobre hombre que estaba solo en la vía. En la segunda seguramente dudasteis, pero muchos habréis desviado el tren. Y en la tercera, (casi) todos dejasteis morir a los cinco pacientes. ¿Me equivoco? Primero acabas con uno para salvar a cinco, y después dejas morir a cinco por no matar a uno. Ahora te pregunto: ¿por qué lo hiciste? La respuesta en el primer caso está clara: ¡es preferible que muera uno a que lo hagan cinco! Estamos de acuerdo. Se llama principio del mal menor, y es un básico en ética. Sin embargo, ¿por qué no lo aplicaste también al segundo y al tercer caso? ¿Por qué no has acabado sólo con uno antes de dejar que cinco mueran? Me dirás: «Ya, ¡es que no es lo mismo!». ¿Seguro?

Déjame que lo ponga con palabras neutras. En el primer ejemplo van a morir cinco personas, y tú matas a una para que esas cinco sobrevivan. En el segundo y en el tercero, igual. ¿No me crees? Vuelve a leerlo. Es más: si eres sagaz habrás visto que el primero es distinto a los otros dos. Pero el segundo y el tercero son iguales entre sí. Y tu respuesta, no obstante, fue distinta. Entonces, si ahora te percatas de eso, ¿por qué cuando respondiste no lo pensaste así? Muy sencillo: porque simplemente no lo pensaste, sino que actuaste guiado por tu instinto; «te pareció» que era lo correcto, pero no has razonado por qué. Tanto es así, que cuando ahora te pido que lo expliques, no puedes, no sabes.

No intentes ahora justificar tu elección, porque con eso acabas de confirmar la teoría. Has decidido con tus sentimientos, y después buscas un argumento que explique/justifique lo que has hecho. Argumento que no consigues encontrar. Aún cuando tu cerebro te dice bien claro que siempre será preferible que muera uno antes de que lo hagan cinco (mal menor, ¿recuerdas?), tú no respondiste eso.

Una última cosa, y ya termino. ¿Sabéis lo que significa «demagogia»? Significa emplear los sentimientos para guiar las decisiones. Que es justo lo que acabo de hacer con vosotros en el experimento. Así que ya lo sabéis: siempre hay que intentar ir al fondo, y no os perdáis (ni dejéis que os pierdan) en los detalles. La cabeza sirve para pensar, y el corazón, para bombear sangre. Si no lo hacéis así, podrán conseguir de vosotros lo que quieran: todo será cuestión de retórica.

Que paséis buen fin de semana.

Perpetrado por EC-JPR

octubre 24th, 2008 a las 12:18 am

34 comentarios en 'Dilema moral, ¿o no?'

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  1. Muy buen ejemplo, pardiez. Ya veía venir los tiros desde el principio, y aún así he caído en la trampa.

    Por cierto, este tipo de argumentos no sé si serviran para entender mejor nuestros imperativos morales, pero lo que es seguro es que te crean enemigos por todas partes. Si a alguien le tocas sus intuiciones morales de esta manera, es mucho más sencillo para ellos salirte con un insulto que pararse y decir «quizás debería pensar más sobre este tema’.’

    Luis

    24 Oct 08 at 00:58

  2. El argumento que distingue a los casos 2 y 3 del caso 1 emplea la palabra «herramienta», y viene siendo así:

    En el caso 1, alguien la va a palmar, hagamos lo que hagamos. Elegimos el mal menor. En los casos 2 y 3, alguien *dejará de* palmar si utilizamos a otro ser humano como una herramienta. Y eso, señores, no se hace. Mal. Caca. Feo.

    O al menos así es como yo lo veo.

    RinzeWind

    24 Oct 08 at 08:37

  3. Me ha pasado lo mismito que a Luis. Si no recuerdo mal, ya se trató el tema en Psicoteca y me quedé un buen ratito pensando en ello, porque sin pensarlo mucho dije «esto o lo otro» y cuando empecé a razonar el por qué, me lié yo solita. Maldito seas, ahora me voy a tirar todo el día estudiando y con este artículo rondándome las neuronas, ains 😛

    Sophie

    24 Oct 08 at 08:45

  4. Hola, no estoy muy de acuerdo con el último párrafo. En realidad las emociones guían todas nuestras decisiones (y nuestras percepciones, aprendizaje, memoria,…). Otra cosa es dejarse llevar únicamente por la intuición, así sin más. Yo más bien diría que la demagogia apela a sentimientos irracionales.

    Hel

    24 Oct 08 at 10:45

  5. Esos supuestos fueron pensados (por no me acuerdo quién) para demostrar que todos tenemos las mismas bases morales por naturaleza. Así que no echas la quiniela, partes con ventaja. 😉

    Ahora no recuerdo bien, pero me suena que el caso 2 está mal enunciado. O había dos como ese que cambiaba un detalle. No recuerdo bien. El detalle era, como dice RinzeWind, que no vemos bien utilizar a alguien «inocente» (por decirlo de alguna manera) para salvar a otros.

    Pero a esto no le veo mucha relación con lo que contabas al principio. No me parece que demuestre nada salvo eso, que todos tenemos las mismas bases morales, independientemente de nuestra religión, no religión, sociedad, etc.

    Iñaki

    24 Oct 08 at 14:08

  6. Yo creo que la diferencia es que, en el caso 1 y 2 hay «intermediarios» entre tu acción y la muerte: la palanca, el tren y la disposición de las vías. «Yo sólo moví la palanquita…»

    En el caso 3 no nos queda otra que sacar el cuchillo, afilarlo y ponernos «manos a la obra», y eso nos parece más reprobable.

    Josefo

    24 Oct 08 at 14:39

  7. @Luis:
    Bienvenido a esta casa 🙂 En cuanto a lo de los insultos, en este blog aún no se ha dado el caso. Pero, por si acaso, ya lo pone bien claro en las instrucciones.

    @Rinzewind:
    Exacto 😀 Eso es lo que explicaré el próximo día: el primer caso es diferente a los otros dos. Según Kant, ningún ser racional será empleado sin su consentimiento como medio para un fin (cito de memoria).

    @Sophie:
    Claro, y luego dirás que no estudias por mi culpa…

    @Hel:
    Bienvenido/a tú también a este blog. Veamos… estoy de acuerdo en que las emociones forman parte de nuestras decisiones: vg. cuando vas a comprar un coche, uno de los criterios que ponderas es si te gusta su estética o no. Pero lo que se defiende en Psicología es que, realmente, la decisión en sí se toma irracionalmente, y luego se le busca un soporte racional. De hecho, creo recordar que hay un estudio que demuestra, mediante pruebas de neuroimagen, que la decisión aparece en la corteza cerebral antes de que seamos conscientes de ello.
    Respecto a la demagogia, lo que hace es apelar a los sentimientos de la gente para condicionar las decisiones; más o menos como pretendía hacer yo en la entrada, con dos ejemplos esencialmente iguales, pero en los que cambio unos elementos para que uno parezca más repulsivo que otro.

    @Iñaki:
    No sé quién los pensó, pero sé dónde los leí. Y dónde los leíste. Echa un vistazo a las etiquetas 😉 En efecto, no echo la quiniela, pues ya sabía los resultados: un amigo mío dice que ningún abogado hace una pregunta cuya respuesta no sepa de antemano… y a mí siempre me ha gustado el derecho 🙂
    Respecto al caso 2, está bien enunciado. Quizás tú te refieras a una variante en la que, además de un gordito que muere «accidentalmente», hay un terraplén de tierra que detiene el tren. Pero ese ya es el caso con doble tirabuzón; como le decía a Rinzewind, eso lo intentaré explicar el próximo día.
    Y en cuanto a lo de la demostración, pretendo probar que siendo iguales el caso 2 y 3, nuestra decisión ha sido diferente: uno es más aséptico y el otro más cruento, así que inconscientemente damos distinto veredicto, aun cuando realmente es lo mismo.
    Y sí, es cierto que Dawkins empleaba esos ejemplos para demostrar lo que tú dices (bases éticas comunes). Pero cuando se los conté a unos amigos me di cuenta de que eran perfectos para ilustrar el «Haría esto pero no sé por qué».

    EDIT:
    @Josefo:
    Perdona, posteaste el comentario mientras yo escribía este, así que no te he podido responder personalmente. Pero bueno, échale un vistazo a los comentarios de Rinzewind e Iñaki y mis respuestas, y dime qué opinas entonces 🙂

    @Iñaki (again):
    Si ves el comentario de Josefo entenderás por qué no puse el segundo ejemplo de Dawkins, sino el que aparece el cuarto en el libro 😉

    EC-JPR

    24 Oct 08 at 14:42

  8. Y ahora me ha cogido complejo de skynet, primero porque no veo la diferencia entre los tres casos, en todos sacrificas a uno para salvar a cinco, la única diferencia es que en el segundo y el tercero ese alguien hace algo por los otros y en el primero el único que actúa eres tú, pero como de lo que hablamos es de tomar la decisión divina que te implica a ti solamente, pues qué más da lo que pase luego.
    Y después porque en los tres casos he elegido no hacer nada, con los trenes porque cinco pares de ojos ven más que dos y la probabilidad de que vean el tren es mayor que la de que lo vea el tipo, gordo o no. No creo que esa haya sido una decisión sentimental, aunque puede que sí estire el supuesto original. En el tercer caso puede que tengas razón y la imagen de hacer una carnicería con un pobre inocente haya sido lo que me ha parado y luego lo haya justificado, me preocupa estar desarrollando sentimientos.
    Ya te digo, ahora me voy a hacer un par de T-1000 que me parece que me harán falta.
    En cualquier caso, sigue así, me parecen muy interesantes tus ¿delitos? (lo digo por lo de «perpetrado por» y así me ahorro elegir entre post, artículo y entrada, que también es un dilema).

    enchan

    24 Oct 08 at 16:24

  9. Gracias.

    Lo que yo quiero decir es que para llegar al fondo del asunto, los sentimientos (que al fin y al cabo son la parte consciente de las emociones) nos ayudan mucho. De hecho al cerebro le cuesta bastante hacer razonamientos lógicos puros, normalmente intenta buscar algún tipo de ayuda (contexto social, sentimientos, experiencias previas…) y cuando dispone de ellos sus juicios suelen ser más acertados.

    Por cierto, me gusta mucho más vg. que p.ej.

    Hel

    24 Oct 08 at 17:34

  10. Yo creo que algo muy importante a tener en cuenta es que hablamos de Teoría y no de Práctica. Porque en la práctica estoy convencido de que muchísima gente se quedaría paralizado delante de la palanca, mientras que en algún momento podría llegar a pensar que sacrificar a una persona, operándolo, para salvar a 5 quizás tenga su puntito.
    Menos James Bond y 5 más solemos ser malos tomando decisiones drásticas (bueno, igual los médicos lo tenéis más entrenado, o eso espero.
    Muy buen artículo, sí señor…

    sonicando

    24 Oct 08 at 18:28

  11. Una vuelta de tuerca: En el primero, cuando vas a darle a la palanca para enviar el tren a la vía en la que sólo hay uno y así salvar la vida a los otros cinco … te das cuenta de que el que está solo en la vía y estás a punto de enviar a la muerte es tu propio hijo. ¿Qué haces sin dudarlo ni un instante?

    (Si no has contestado «¡que les den por c… a los cinco!» es que eres un monstruo de la racionalidad).

    Zamuro Z

    24 Oct 08 at 18:28

  12. Una respuesta en treinta segundos, que me tengo que ir: veo que vosotros mismos vais sacando los temas que pensaba tocar en la siguiente entrada 🙂 Zamuro, a lo que tú te refieres se llama parsimonia moral. Ya veremos de qué va…

    EC-JPR

    24 Oct 08 at 18:51

  13. Es curioso, el fin de semana pasado me pasaron una web que hacía un estudio sobre la moral (así, en plan general, a nivel mundial), y eran estos casos. Menos el tercero, el tercero era diferente.

    Muy buena colega. Estoy por plantearselo a un profe mio…

    Indio

    24 Oct 08 at 21:36

  14. oh muy interesante!! Yo también soy de las que se cuelga la medalla de la racionalidad, pero bueno es inevitable perderse algunas veces.

    Pues a ver, en el 1º y el 3º sí que he pensado lo que has dicho pero el 2º no. A lo mejor es que no lo he entendido, pero lo veo igual que el primero: matar a un hombre y que se salven 5. Por eso he pensado que lo desviaría hacia el señor solitario… (soy un monstruo por eso? xD).

    Y cuando lo he empezado a leer he pensado que tenía que comentar algo que dijeron en una conferencia el otro día pero mecaxis, ya lo has dicho tu al contestar a Hel!! Nos comentaron un estudio en el que se demostraba que el cerebro «elegía» antes de ser consciente de que elegías. joder que lío xD Bueno, no sé si lo vas a explicar tú, ahora es que no tengo tiempo, pero si quieres me estrujo el cerebro (o aviso al hombrecito que vive en él y elije por mi xD) e intento sacar algo claro de lo que nos comentaron!!!!

    MaKö

    24 Oct 08 at 21:36

  15. Lo prometido es deuda, y aquí estoy con el comentario.

    @Enchan:
    En efecto, esa diferencia existe, y la clave la da el comentario de Rinzewind. En el primer caso, el muerto es un «daño colateral»: no tendría por qué ocurrir. En el segundo y el tercero, el tren para gracias a que matamos a una persona. La persona es el agente que detiene el tren. Esa es la madre del cordero.

    Con lo que comentas del tercer caso, eso es lo que se persigue: generarle repulsión al lector, y luego compararlo con el primer caso para decir: ¿pues es lo mismo, no? Y, si la decisión ha sido emotiva en vez de racional, ahí aparece el cortocircuito 🙂

    Y por lo del «perpetrado», yo prefiero pensar que se refiere a crímenes más que a delitos 🙂 Además, me di cuenta (después de ponerlo en su día) que Rinzewind también lo emplea. Igual lo copié inconscientemente… 😳

    @Hel:
    Hombre, repito que los sentimientos/emociones son un factor a tener en cuenta. Pero una decisión basada sólo en las emociones distaría mucho de ser correcta en cuantiosas ocasiones (vid. infra, en las respuestas a Sonicando y Zamuro Z).

    Ah, y me alegro de que te haya gustado el vg. La verdad es que me parece más elegante que p.ej. 🙂

    @Sonicando:
    Estoy contigo: mucha gente se quedaría paralizada. Y lo más gracioso es que no lo sabes hasta que te ves en la situación. Pero creo que yo sería del otro grupo: del que primero actúa y luego se lamenta. De hecho, había otra versión del segundo ejemplo en la que estabas con el gordito en un andén, y tenías que empujarlo a la vía para parar el tren. Mi segunda respuesta fue que no me temblaría el pulso al hacerle la zancadilla (la primera fue: «Me tiro yo»).

    Y no, eso no se entrena en la carrera. Piensa que no tiene nada que ver un intensivista con un anatomopatólogo. Sin embargo, sí que hay algunos médicos que deben practicar esa cualidad: principalmente intensivistas, anestesistas y «urgenciólogos». De hecho, cuando vas en una ambulancia y llegas a una catástrofe, el criterio de atención es «A lo que se mueva». Es jodido, e igual preferirías pararte a echar un vistazo a ese chaval joven, pero no puedes malgastar el tiempo y los recursos que no tienes.

    @Zamuro Z:
    En ese caso, lo siento mucho por las cien personas que hay en la otra vía. Y que me acusen de homicidio doloso. En ese caso, el factor de que «la» otra persona sea mi hijo cuenta más que cualquier otro. Es decir: varío mis reglas de actuación en función de las circunstancias. Aplico el mal menor… según me convenga.

    Lo contrario a esto se denomina parsimonia moral: denunciar al asesino tanto si es un desconocido como si es tu hermano. De todas formas, creo recordar que está relacionado con el área prefrontal del cerebro, de tal forma que las persona que la tienen dañada siempre actuarán de la forma más racional (en el caso que planteas se quedarían sin el día del Padre).

    @Indio:
    ¿No sería este? 🙂

    @MaKö:
    jejeje Normal: el 1º y el 3º están montados para ser claros como el agua. Y el 2º, para liarte. Relee los comentarios que hay (especialmente el de Rinzewind y mi réplica), a ver si entonces lo ves más claro 🙂

    Por otra parte, si el lunes, cuando vuelva al curro, puedes avisar al hombrecillo de tu cerebro (o me das el teléfono y ya le llamo), para que te dé la cita del trabajo ese, yo te estaría eternamente agradecido 🙂

    EC-JPR

    25 Oct 08 at 17:52

  16. Creo que MaKö se refiere a un artículo publicado en Nature Neuroscience que se títula «Unconscious determinants of free decisions in the human brain» y su autor principal es John-Dylan Haynes.

    Hel

    25 Oct 08 at 20:33

  17. No te sientas mal: yo creo que también se lo copié a alguien, pero olvidé a quién.

    Por otra parte, se perpetran delitos o «culpas graves», según la RAE.

    RinzeWind

    25 Oct 08 at 21:27

  18. @Hel:
    Muy posiblemente. Y, aunque no fuera así, ese artículo también tiene muy buena pinta: el lunes me lo descargo para echarle un vistazo. ¡Gracias por la referencia!

    @RinzeWind:
    Ya, pero lo gracioso es que yo me enteré más tarde, cuando días más tarde entro en tu blog y leo: «Perpetrado a las…». Entonces pensé: ‘cagoen mi subconsciente.

    Y en lo léxico:
    Perpetrar: Cometer, consumar un delito o culpa grave.
    Crimen: 1. Delito grave 😉
    De todas formas, es una sutileza: lo dije porque a mí siempre me ha sonado más fuerte crimen (asesinato, violación…) que delito (bajarte canciones con el eMule :P).

    EC-JPR

    25 Oct 08 at 22:11

  19. En mi línea de «tú escribe de lo que quieras, que yo también lo haré» te pregunto: ¿Qué tal la cena de ayer?

    G-LXPF

    G-LXPF

    25 Oct 08 at 22:23

  20. Sí, por eso lo decía, por el comentario de Rinzewind que parece que ponía el acento en el uso de otro como herramienta como principal argumento moral. Por lo que dices en la respuesta, me parece que tú también lo ves como la clave.
    Mi lectura del asunto (y por poner en contexto: en absoluto como experto, que me estoy enterando de lo que pienso comentándolo con vosotros) es que la elección moral que haces es entre matar a uno o cinco, la cadena de acontecimientos que siga después no aporta ningún matiz a tu elección, por lo que el que luego el muerto haga algo útil o no es irrelevante.
    Y lo digo tan bruto por asepsia emocional. Como Sonicando, en mi caso estoy seguro de que se morirían los cinco mientras intento tomar una decisión correcta.
    De lo que sí empiezo a estar convencido es que no soy una máquina, cada vez que pienso en el asunto me da un brinco el corazón. ¡Cachis en la mar! ¿Ahora que hago con estos androides asesinos?

    enchan

    26 Oct 08 at 09:43

  21. ahí le has dao

    Indio

    26 Oct 08 at 18:32

  22. Esto nos lo comentaron en una conferencia sobre si «somos libres para elegir»; ponen una peli (en este caso Minority Report) y al día siguiente se hace la conferencia de un tema más o menos relacionado. No se entra en mucho detalle así que no tengo ni idea del artículo en cuestión. El profe nos comentó que se pedía que se apretara un botón (bueno o algo así, la verdad es que tampoco lo recuerdo muy bien xD) cuando la persona quisiera y se observaba que justo antes de dar la orden motora aparecía actividad. En todo caso, gracias a Hel por poner el artículo, porque yo no te he servido de mucho ^^’

    Bueno, como dices la diferencia es que en ese caso el gordito es la herramienta. Si el tren no se parara gracias a él, este seguiría y morirían todos no? Igualmente lo veo como el mal menor como el primer caso (muere 1, se salvan 5). Pero esta vez los 5 supervivientes deberían agradecer al gordito que el tren se parara gracias a él y no a mi por cambiar las vías (como sería el primer caso). Si no fuera el gordito quien lo parara sino un terraplen sí que lo veo igual… Pero la persona que elige si mueren 1 o 5 (o sea yo) en los dos casos mata a 1 para salvar a 5.

    Si fuera mi hijo o alguien conocido cambia el asunto…

    El tercer caso es más bestia. Tendrías que matar a alguien sano con tus propias manos. En el primer caso el señor estaba en la vía así que en su futuro próximo había esa posibilidad de morir y tú no habías elegido que esa persona se colocara justo ahí (después le matas para salvar a los otros pero antes de eso tú eres sólo un espectador). En cambio el hombre de la sala de espera sería algo así como: «hola, sé que usted está perfectamente bien y sólo ha venido a acompañar a su esposa, pero tenemos que matarle para salvar con sus órganos a 5 personas más». Yo creo que el hombre no se dejaría y que además si lo hiciéramos tampoco sería muy legal xD

    No sé si quería decir lo que se entiende leyendo lo que he escrito, estas cosas son muy xungas! xDD

    MaKö

    26 Oct 08 at 18:54

  23. @enchan:
    Tranquilo, a mí también me costó entenderlo 🙂 A ver si consigo ponerlo de otra forma… Primer ejemplo. Quita al hombre. ¿Cambia el resultado? No. Segundo ejemplo, quita al gordito. ¿Cambia? Sí: los cinco mueren. Ergo, el gordito es el agente que detiene el tren. Estás empleando a una persona como medio. Y a ninguno nos gusta sentirnos utilizados.

    Voy a intentar ponerlo con otras palabras: en el primer caso, muere una persona. En el segundo, matas a una persona. (Sí, sé que esta frase es discutible: sólo pretendo que se entienda lo que quiero decir)

    @MaKö:
    Sí, se entiende perfectamente lo que has escrito 🙂 Dices que matas a uno para salvar a cinco en los dos casos… ¿o en los tres? 😈 Reconozco que el tercero está maquillado para que parezca más repulsivo, pero todo es cuestión de cambiar las palabras (demagogia 😉 ) y hacer que parezca más facilito. Así, a volapié, se me ocurre: imagínate que ese paciente está en la mesa de quirófano, a punto de ser intervenido por una apendicitis. Tú eres el anestesista. Y tu mujer necesita un órgano como el hígado de ese paciente. ¿Ajustarías los gases para matar al paciente? (Antes de que lo digas: supongamos que no te pueden enjuiciar por ello).

    Por otra parte, no me negarás que lo del «tú no habías elegido que esa persona se colocara justo ahí» suena muy… tipo «Le dio un golpe de espinilla en toda la bota». No, si al final la culpa será del gordito por trabajar para RENFE… 😛

    EC-JPR

    27 Oct 08 at 01:13

  24. Es que cuanto más lo pienso más parecido veo con el caso 2 y 3 xD En el 2 el señor está ahí y tú le das al botón y ya está y en el 3 le matas tú pero en los dos casos no tienen la culpa ellos. Yo que sé, ahora ya no sé que pensar!!!! Aunque sigo viendo el 3 mucho más bestia. El caso es que el 2 lo tuve muy claro desde el principio y sigo teniéndolo: adios al gordito xD

    Lo del anestesista… pues lo primero que he pensado es que no. Pero claro, si dices que no pueden denunciarme, que es un familiar cercano el que se salvaría… No lo haría pero como ejemplo hipotético está bien porque engloba todo lo que hemos dicho… El problema de estas cosas es que realmente no llegas a ponerte en la piel de la persona del tren, el señor médico que va a abrir a un hombre sano y repartir sus órganos o el anestesista con la mujer enferma, así que se te hace difícil imaginarlo.

    joder estas cosas me tocan la moral y me emociono xD

    MaKö

    27 Oct 08 at 02:32

  25. Echalé si tienes tiempo un vistazo a un post que escribí en el extinto viralmonkeys sobre el efecto de las emociones en el juicio moral (básicamente lo que ocurre en tu tercer caso). Es muy interesante el hecho de que ciertas lesiones en el cerebro afectan a esta capacidad:
    Link corregido 🙂

    Tall & Cute

    27 Oct 08 at 23:32

  26. […] esta entrada ato los flecos que dejé sueltos en la primera entrega, la de los trenes, las agujas, el mal menor y las decisiones guiadas por los sentimientos. […]

  27. Por san Cthulhu maldito, yo debo de ser extraterrestre… porque razoné justo al contrario. Es decir, en el primer caso dejé morir a los cinco, en el segundo maté al tipo que para el tren, y en el tercero maté al tipo de la sala de espera…

    agente_naranja

    25 Nov 08 at 13:41

  28. Aunque una cosita: ¿qué hacen todas esas personas en la vía del tren? ¿Es que nadie les ha enseñado que eso no se hace?

    agente_naranja

    25 Nov 08 at 13:44

  29. @Agente Naranja:
    Es amor al riesgo. Hay gente que se masturba con bolsas de plástico en la cabeza, y otros que se ponen a tomar el sol en las vías del tren. Cada uno con lo suyo.

    EC-JPR

    26 Nov 08 at 20:36

  30. @EC-JPR: lo que hay que hacer es atar la bolsa de plástico al techo, así cuando te desmayas la bolsa se suelta.

    Me lo han contado, que conste. Que yo nunca lo he hecho. ¿Esto? No es una bolsa, no sé qué está haciendo aquí, no está acartonada, no podéis demostrarlo. ¡Bah!

    RinzeWind

    27 Nov 08 at 08:41

  31. Claro. Ahora dirás que lo leíste en Haunted. Como lo de hacerlo en el fondo de la piscina. Seguro que sí.

    EC-JPR

    27 Nov 08 at 11:05

  32. Pues no hubiera movido el cambio de agujas en ningún caso porque he pensado que si no lo hacía bien o no lo hacía a tiempo provocaría el descarrilamiento del tren y la muerte de un montón de personas que no están en la vía haciendo el pardillo.

    Pablo

    25 Dic 09 at 19:23

  33. @Pablo:
    jejeje Vale, esa es otra opción 🙂 Pero hombre, esto era un supuesto teórico: ya sabes, como los problemas de física, con sus caballos esféricos 😛

    EC-JPR

    21 Jun 10 at 22:46

  34. Estoy seguro de que me hubiera limitado a gritar para intentar avisar a las personas amenazadas de atropello y ni se me hubiera pasado por la cabeza disponer de la vida de nadie. De hecho, creo que todo el mundo -o casi- hubiese obrado así. El tercer caso me parece sencillamente absurdo, sólo una mente criminal se plantearía algo así. Es un caso que, de hecho, se da de facto a diario en los hospitales y a nadie se le ocurre pensar en este tipo de soluciones. ¡Cualquiera se arriesgaba a ir a visitar enfermos!
    Creo que las respuestas que ofrecemos las personas a este tipo de caso no dicen nada de nosotros, buscamos una respuesta «filosófica o ética o…lo que sea», sólo porque se nos pide, como participar en un juego, no aporta mucho a un estudio serio de nuestra mente. Es una opinión.
    Saludos.

    José

    6 Nov 13 at 19:00

Adelante, disfruta de tu minuto de gloria.

Y recuerda: The first rule about Fight Club is you don't talk about Fight Club.