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Unas curiosidades sobre la resaca

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Ardilla borrachaLas estadísticas dicen que la mayoría de vosotros sabéis por experiencia propia de qué estoy hablando; reconocéis la sensación de levantaros con un tremendo dolor de cabeza, el estómago dado media vuelta y mucha sed. Y la experiencia me dice que, entre todos, podríamos juntar más de una docena de remedios «de la abuela», casi todos igual de inútiles. Así que antes de abandonarnos a los excesos de estas fechas, veamos qué es eso de la resaca, por qué ocurre y qué podemos hacer para evitarla.

¿Resaca? ¿Qué resaca?

La resaca es un conjunto de síntomas que siguen a una ingesta más o menos generosa de etanol, una vez que sus efectos lúdico-festivos han desaparecido1. La resaca incluye un soberano dolor de cabeza, una sensación subjetiva de «ay, qué malito que estoy», y alteraciones gastrointestinales de todo tipo: unos no tienen hambre, otros se van por abajo, y unos pocos por arriba. Añadamos a la lista las bajadas de tensión, un leve temblor e incluso el «corazón post-fiesta», palpitaciones debidas a la toxicidad cardíaca del alcohol2. Y, aunque no nos demos cuenta, también hay que añadir a la lista una disminución de las habilidades motrices y la coordinación visuoespacial: mala idea conducir después de una borrachera.

¿A qué se debe la resaca?

Siento defraudaros: no se sabe con certeza. El profesor de Fisiología hablaba de deshidratación, y quizás tuviera algo de razón: el alcohol disminuye el efecto en el riñón de la hormona antidiurética (ADH), de modo que ésta deja de «guardar agua» y hace que orinemos más, provocando deshidratación. También se ha visto que hay una correlación entre la dureza de la resaca y la cantidad de ADH en sangre1, pero correlación no implica consecuencia, así que no está claro si la deshidratación causa la resaca o si simplemente ocurren a la vez.

Por su parte, el de Farmacología mencionaba el acetaldehído, que es el primer producto del metabolismo del alcohol, y que puede causar taquicardia, sudores, náuseas y vómitos. No obstante, eso ocurriría a concentraciones mayores de las que tenemos en sangre tras haber bebido… excepto los orientales, porque a ellos les falla la enzima que lo elimina3.
De hecho, si alguna vez habéis salido de fiesta con un japonés, los pobres lo pasan muy mal: tienen muy poco aguante porque su organismo metaboliza muy rápido el etanol a acetaldehído4 pero luego les cuesta librarse de éste, acumulándose en sangre y provocándoles una especie de «efecto Antabus»; con unas pocas copas se les suben los colores y ya quieren volverse a casa: ¡angelitos!

Y la experiencia, que es la madre de la Ciencia, nos ha enseñado que una borrachera de vodka asegura una mañana más tranquila que liarse a whiskazos: la culpa es de los llamados «congéneres», unos subproductos (como polifenoles, metanol o histamina3) obtenidos en la producción de las bebidas alcohólicas, principalmente los licores oscuros (brandy, whisky, tequila…). Quizás por esto se asuma popularmente que las bebidas dulces causan un pedo «cabezón»: el problema no es el contenido de azúcar6, sino esas otras moléculas que aparecen durante su producción.

Una última hipótesis «bioquímica» habla de una desregulación de moléculas inflamatorias3: el alcohol induciría un aumento de citoquinas y tromboxano B2, que causarían los síntomas (dolor de cabeza, náuseas, abatimiento).

Pero además de todo esto, dicen que la gravedad de la resaca también depende de si tienes un pedo alegre o llorón: parece ser que enfadarse o deprimirse durante la borrachera se asocia a una peor resaca, al igual que ciertos rasgos de personalidad5 o cómo hayas dormido esa noche7.

¿Cómo podemos tratarla?

¿Tratar la resaca? Levántate y prepárate otro Jack Daniels’ con cocacola, porque realmente la resaca no tiene un tratamiento eficaz: algunos lo han intentado con el zumo de alcachofa8 o los higos chumbos9, pero el caso es que ninguna de estas opciones han demostrado servir para algo10. Así que, si para tratarlo vamos jodidos, quizás deberíamos pensar en prevenirlo.

Para evitar la resaca, lo único eficaz es no beber. Claro que si yo escribo esto y tú lo lees, es porque no lo consideramos una opción, ¿verdad? Entonces quizás puedas elegir qué beber: cerveza, vodka o ginebra causan menos resaca que el coñac, el vino tinto o el ron7. También mencionamos la deshidratación: beber agua disminuye (pero no elimina) los síntomas de la resaca5. Y dado que puede haber unas alteraciones inflamatorias por ahí, con sus tromboxanos y tal, resulta lógico pensar que lo disminuiremos tomando un antiinflamatorio (vg. ibuprofeno) antes de ir a dormirla, pero no hay estudios al respecto.

Y quizás algunos hayáis oído hablar de la vitamina B6. En efecto, hay un estudio11 con diecisiete individuos que concluye que es útil para prevenir la resaca. Sin embargo, no sólo es un ensayo muy pequeño, sino que ni siquiera explica los posibles mecanismos, así que lo podemos pasar por alto.

En fin, damas y caballeros: esto es lo que hay. Lamentablemente tendremos que seguir aplicándonos el dicho de «Noches alegres, mañanas tristes.». Otro día hablaremos de esas pastillas que dicen que quitan la resaca y bajan el alcohol; entretanto espero haberos contado algo que no supiéseis. Si es así, tomaos una copichuela a mi salud.

Bibliografía:
1: Wiese JG, Shlipak MG, Browner WS. The alcohol hangover. Ann Intern Med. 2000 Jun 6;132(11):897-902.
2: Menz V, Grimm W, Hoffmann J, Maisch B. Alcohol and rhythm disturbance: the holiday heart syndrome. Herz. 1996 Aug;21(4):227-31.
3: Prat G, Adan A, Sánchez-Turet M. Alcohol hangover: a critical review of explanatory factors. Hum Psychopharmacol. 2009 Jun;24(4):259-67.
4: Klaassen CD, editor. Casarett and Doull’s Toxicology: the basic science of poisons. 7ª ed. McGraw-Hill; 2007.
5: Calder I. Hangovers. BMJ. 1997 Jan 4;314(7073):2-3.
6: Ylikahri RH, Leino T, Huttunen MO, Pösö AR, Eriksson CJ, Nikkilä. Effects of fructose and glucose on ethanol-induced metabolic changes and on the intensity of alcohol intoxication and hangover. Eur J Clin Invest. 1976 Jan 30;6(1):93-102.
7: Verster JC. The alcohol hangover–a puzzling phenomenon. Alcohol Alcohol. 2008 Mar-Apr;43(2):124-6. Epub 2008 Jan 8.
8: Pittler MH, White AR, Stevinson C, Ernst E. Effectiveness of artichoke extract in preventing alcohol-induced hangovers: a randomized controlled trial. CMAJ. 2003 Dec 9;169(12):1269-73.
9: Wiese J, McPherson S, Odden MC, Shlipak MG. Effect of Opuntia ficus indica on symptoms of the alcohol hangover. Arch Intern Med. 2004 Jun 28;164(12):1334-40.
10: Pittler MH, Verster JC, Ernst E. Interventions for preventing or treating alcohol hangover: systematic review of randomised controlled trials. BMJ. 2005 Dec 24;331(7531):1515-8.
11: Khan MA, Jensen K, Krogh HJ. Alcohol-induced hangover. A double-blind comparison of pyritinol and placebo in preventing hangover symptoms. Q J Stud Alcohol. 1973 Dec;34(4):1195-201.

Perpetrado por EC-JPR

diciembre 22nd, 2010 a las 2:56 pm

¿Prevenir o tratar?

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Esta entrada es un desbarre que quiero compartir con vosotros, para que me bajéis a la realidad si creéis que estoy confundido (o hagáis la misma mala leche que yo, si compartís mi planteamiento). Lanzo una pregunta al aire: ¿por qué el Sistema Nacional de Salud financia una crema antibiótica tópica y no la adquisición de dispositivos de retención infantiles? ¿Hace falta que diga cuántas vidas salva el Bactroban y cuántas salvarían silletas decentes en cada culo con pañal?

Me atrevería a aventurar que la razón es que la política sanitaria hace el énfasis en el tratamiento y no en la prevención, probablemente porque los efectos del primero son más obvios que los de la segunda. Ojo: hablo de visibilidad, no de efectividad. Por muy efectiva que sea una medida de prevención primaria, nadie conoce a un no-infartado por no fumar ni ha visto por la calle a un no-parapléjico que se puso el casco. Ahora me diréis: ¡ya, pero se hacen campañas contra el cáncer de mama! Meeeec, error. Prevención secundaria: busca y trata la enfermedad cuando ya ha aparecido. Me curan mi cáncer, soluciona un problema cuando ya existe.

Permitidme que siga elucubrando: ¿a qué puede deberse esta mala distribución de las prioridades? Una apuesta: está causado por el sentimiento arraigado en los ciudadanos de que papá Estado ha de arreglar los problemas del individuo (atención sanitaria, paro, bajas laborales…), pero se crucifican y llenan de oprobio aquellas medidas que inciden antes de la aparición del problema, por su supuesta naturaleza «coercitiva»: al fin y al cabo, ¿no se supone que todos somos libres para fumar donde queramos, comer los bollos que nos dé la gana o echarnos a la mar con un simple bañador y una tabla de windsurf? En una sociedad de derechos sin deberes, es el Estado quien cubrirá nuestra irresponsabilidad mandando a los guardacostas cuando venga la galerna o gastando millones en estatinas para el colesterol. Malgastando en tratar por no haber invertido en evitar.

My two cents. Aplausos y collejas, debajo del rectángulo gris.

Perpetrado por EC-JPR

agosto 10th, 2010 a las 10:57 am

Categoría: Opinión

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Gripe A: ¿qué es el Tamiflu?

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Con eso de la gripe A el Tamiflu está en boca de todos cual Ziritione: todos lo conocen, pero pocos saben de qué se trata. Además, dado que desde hoy se puede comprar (con receta) en las farmacias, creo que sería conveniente hablar de él y explicar qué es.

Caja y blister de Tamiflu por hisgettVayamos por partes: Tamiflu™ es la marca comercial de un medicamento producido por los laboratorios Roche y que contiene el fármaco oseltamivir. El oseltamivir es un inhibidor de la neuraminidasa o, en cristiano, un fármaco que bloquea una proteína de la superficie del virus de la gripe (la «N» de H1N1) impidiendo que pueda salir de la célula infectada para extenderse1 dejando, por lo tanto, la infección confinada al tracto respiratorio superior.

En contra de lo que mucha gente tiene entendido, el oseltamivir no apareció con ocasión de la gripe aviar de 2005: la comercialización de Tamiflu fue aprobada por la FDA en diciembre de 1999, y se vende en España desde 2002.

Lo interesante del Tamiflu™ es que, junto con el Relenza™ (zanamivir, otro inhibidor de la neuraminidasa), son los dos únicos fármacos útiles para el tratamiento de esta cepa de gripe A pues, en la recombinación que dio lugar a la cepa actual, el virus adquirió resistencia contra los adamantanos2, que es el otro grupo de fármacos antivirales para la gripe.
Si os pica la curiosidad (conociéndoos, seguro que ya tenéis la pregunta), por lo que yo sé hay tres hechos que han motivado que el Tamiflu-oseltamivir se venda más y mejor que el Relenza-zanamivir: el primero (y principal, creo yo) es que Tamiflu se puede administrar en cápsulas o disuelto y Relenza es inhalado, por lo que resulta mucho más incómodo. El segundo es que Tamiflu es marginalmente más eficaz que Relenza. Y el tercero es que, simplemente, Relenza ha tenido problemas de suministro.

¿Y qué utilidad tiene el Tamiflu? Como tratamiento3, se ha visto en estudios que acorta los síntomas en uno o dos días4 (sobre una mediana de seis días), siendo tanto más eficaz cuanto antes se empiece a tomar: siempre antes de 48 horas desde los primeros síntomas, y mejor si es durante las 12 primeras horas. Asimismo, como profiláctico3, reduce la tasa de contagios a un 20%, siendo más eficaz si se emplea selectivamente sobre contactos de casos conocidos (a nivel poblacional, indiscriminadamente, su eficacia era mucho menor5).

Sin embargo, lo que mata de la gripe no es la moquita ni los dolores musculares: es la neumonía. Dijimos que Tamiflu confinaba la infección a las vías aéreas superiores, así que en principio debería de evitar que la infección se extendiese a los pulmones, produciendo daño epitelial y facilitando la sobreinfección bacteriana. Ahora bien, los pocos datos publicados y su escaso tamaño muestral4,5,6,7 no demuestran que el Tamiflu reduzca la incidencia de neumonía o mortalidad por gripe.

¿Mi conclusión personal? Que el Tamiflu es el menos malo de los tratamientos de que disponemos y que, aunque alivie los síntomas, eso también lo hace el paracetamol por menos dinero. En cuanto a las complicaciones, que es lo que nos interesa realmente, de momento no está claro que sirva para algo. Y respecto a su uso como profiláctico, hombre: la vacuna es más cómoda y eficaz, pero si no quedan más narices, el Tamiflu parece una buena opción.

Bibliografía:
1: Ortomixovirus. En: Murray PR, Rosenthal KS, Pfaller MA. Microbiología médica. 5ª ed. Madrid: Elservier; 2006. p.609-17.
2: Emergence of a novel swine-origin influenza A (H1N1) virus in humans. N Engl J Med. 2009 Jun 18;360(25):2605-15. Epub 2009 May 7.
3: Neuraminidase inhibitors for influenza. N Engl J Med. 2005 Sep 29;353(13):1363-73.
4: Effectiveness of neuraminidase inhibitors in treatment and prevention of influenza A and B: systematic review and meta-analyses of randomised controlled trials. BMJ. 2003 Jun 7;326(7401):1235.
5: Label information for TAMIFLU, NDA no. 021087, approved on 09/25/2008. FDA. [Accedido el 01/11/2009] http://www.accessdata.fda.gov/drugsatfda_docs/label/2008/021087s047,%20021246s033lbl.pdf (Es probable que esta hoja de la EMEA contenga la misma información, pero está en español.)
6: Les antiviraux dans la grippe. Un complément à la vaccination, dans certains cas. Prescrire. 2005 Oct;265:678-91.
7: Influenza pneumonia: a descriptive study. Chest. 2001 Jun;119(6):1717-23.

Perpetrado por EC-JPR

noviembre 2nd, 2009 a las 3:08 am